13-05-07
Querido diario:
Mi madre cocina muy bien. Si, ya sé que todos podemos decir que nuestra madre es la mejor cocinera del mundo, y yo no me atrevería a decir tanto, pero lo cierto es que puede venir cualquier visita a casa, que con cuatro cositas, te hace un festín.
Esta semana, la visita ha sido mi cuñado, el Irlandés, y claro, mi madre ha hecho todo lo posible para que se sienta a gusto, y eso implica cocinarle una de sus comidas preferidas, las alubias.
He de decir, que debido a mí dieta especial anti-diabetes, yo como desde hace mucho tiempo las legumbres sin demasiada grasa, sin sustancia, vamos a decir. Mi madre consigue que queden deliciosas y yo doy por hecho que se comen así y ya está. Pues no. Ahora recuerdo que las alubias se comen con tocino, costilla, chorizo, carnaza de distintos gustos… y claro, uno que no está para decir que no, pues me puse como un auténtico cerdo vietnamita. ¿Qué consecuencias ha traído todo esto? Te cuento.
Para empezar, ayer era sábado, se levantó un fantástico y caluroso día primaveral, caldo de cultivo excelente para que aparezcan como champiñones un montón de mujeres mostrando toda la belleza del ser humano, y claro, mi plan era salir cual estudiante de antropología a terminar mi tesis. Y en estas estaba cuando empiezo a notar como mi abdomen comienza a hincharse, cual pelota de Nivea, y a darme pequeños avisos en forma de tremendos pinchazos y enormes ganas de pasar por el baño. Yo ya no veía minifaldas, ni pantaloncitos, ni escotazos, solo veía que me empezaban a entrar unos sudores fríos, característicos de la cercanía de la muerte, y unos reflejos incontrolables en la zona del coxis. Ni siquiera la preciosa camarera del bar de siempre, que me invitaba a estudiar con ella anatomía (tiene un examen pronto) me hacía olvidar mi sufrimiento.
Finalmente, jodiéndole la noche a mi colega, que le apetecía al pobre terminar su tesis con prácticas, me tuve que ir a casita. He pasado 7 veces por el baño. Creo que he adelgazado 3 kilos.
Ni dieta de la alcachofa, ni de la manzana, ni del té con ginseng, si quieres adelgazar, Querido diario, haz conmigo la dieta de la Alubiada de mi Madre. No te arrepentirás.
domingo, 13 de mayo de 2007
El sueño de una noche de primavera. (o como unas alubias te pueden joder la noche)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Moderación amigo mío, moderación. En la moderación está la virtud (Aristóteles dixit).
¿Estás seguro que te invitaron a estudiar anatomía? ¿Y fuiste capaz de desaprovechar la ocasión?. Yo me habría dejado de estudios antropológicos y gaitas y hubiese pasado directamente a los anatómicos. Pero vamos, por lo del examen que no se preocupe tu 'hamiga' que si la examinan a ella, aprueba fijo (o eso me han dicho).
Por lo demás no te lleves mal rato, ya sabes que por estos lares lo de las minifaldas se llevan poco (total para dos días de calor al año...). Y escotes, no sé si vi alguno. Uno es animal de barra y como el escote no lo lleve el camarero u/y/o camarera de turno, como que no los ve.
Y para finalizar una pregunta que me corroe la neurona a estas horas, a saber: ¿realmente los cerdos vietnamitas comen alubias? ¿con carnaza también?.
Publicar un comentario