sábado, 19 de mayo de 2007

Sexo, Alcohol & Música hogareña.

19-05-07
Querido diario:

Hoy te escribo con resaca. Aunque el de anoche no fue uno de mis mayores desfases, apenas bebí dos cubatas y un kali, bueno, y algún chupito, hoy me he levantado como si llevara tres días en la oktoberfest. En lo más profundo de mi corazón quiero creer que aún no se me ha escapado la energía de la juventud, pero es que el cabrón de mi médico se empeña en negármelo. Mientras yo veo evidente que soy un joven fuerte, apuesto y enérgico, que puede con lo que le echen, el se encabezona en decirme que si soy diabético, que tengo el hígado graso y no sé que mas pamplinas que me impiden disfrutar del alcohol como yo quisiera.

Por lo menos el tiempo que estuve de jarana lo pasé bien. Cada vez disfruto más con la música del “Infor-Pub”, ese que tiene monitores, teclados y proyectores de diapositivas como decoración. La dueña es la hermana de un conocido “pincha-discos” y, que carajo, algo se le ha debido pegar, porque la verdad es que me hace disfrutar. Eh!, con la música, aclaro, que luego hay suspicacias.

Me gusta la música House, la electrónica. Creo que se basa en los mismos principios armónicos que la música clásica, principios que hacen que todos los órganos de tu cuerpo vibren en consonancia con la idea del autor. Vale, no es lo mismo que sentir la vibración de un cuarteto de cuerda en tus tripas, pero coño, se parece. He de decir también que me ayuda no tener que concentrarme en lo que dice la letra pues eso es algo que se me da fatal. No consigo entender lo que dice un cantante, sea en el idioma que sea, hasta que no lo veo escrito, por lo que el hecho de que en la música house apenas se cante, o no haya un mensaje definido, hace que pueda disfrutar del continente mucho mas. Es casi lo que ocurre contigo, Querido diario, que tienes un contenido difuso dentro de un contenedor más o menos aparente.

Y por fin, el sexo. Me encanta salir de fiesta cuando empieza a hacer calorcito. Soy un mirón empedernido. Las mujeres me parecen algo precioso y digno de observación. Y ellas tienen la tendencia de saber lo que tienen bonito y de potenciarlo en la forma de vestir. Y yo me vuelvo tonto. Me embeleso mirando un piercing en el ombligo como podría extasiarme mirando un cuadro de Monet, o El Bosco. La pena es que, al igual que no podría comprar un cuadro de Velázquez, tampoco puedo conseguir a muchas de esas mujeres que admiro. Y eso es frustrante.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi esto último, lo de mirar a las mujeres en el verano también me pasa, pero bueno, ¿a quien no?

Haz como yo, y escúsate diciendo q es cosa de la primavera. ;)

Er Pi - dijo...

Si, jajajaja, ¿las hormonas, verdad? anda que estas tu bien.... ¡salido!

Anónimo dijo...

A mi lo de mirar a las mujeres no me "mola" mucho pero considerando que soy una de ellas no tiene mucho merito je..je..je..

Me hace más gracia mirar hombres guapetones que me "alegra el ojillo".

Por lo demás, si el médico te advierte de ello hazle caso y disfruta de la vida pero de otro modo no te "juegues el tipo", si no se puede beber, no se bebe, hay muchas formas de disfrutar de la vida... ¡Cuídate moreno, que vida solo hay una!