20-05-07
Querido diario.
Estamos en época de comuniones, bodas y bautizos, festividades familiares por excelencia, donde se aprovecha para unirse toda la estirpe y hacer una gran fiesta alrededor de la liturgia religiosa. Realmente no nos planteamos que lo que realmente celebramos, en caso de las comuniones es la continuidad de hecho religioso dentro de nuestra sociedad, un hecho que nos ha sido impuesto, y del que no tenemos opción de separarnos. Pasamos a engrosar las filas de la iglesia desde que nacemos, con el bautizo, sin que podamos decidir, puesto que lo hacen nuestros padres por nosotros, y continuamos en ella con la primera comunión, sin decidirlo tampoco realmente, pues se nos ha enseñado en la catequesis que es lo que tenemos que hacer y además se nos premia con una gran fiesta en nuestro honor y multitud de regalos. Ningún niño puede negarse a eso.
Mas tarde, de adultos, llega la hora del siguiente sacramento, la confirmación, y es aquí donde el número de fieles decae, tal vez porque se presiente que hay algo mal, algo que no cuadra en la iglesia, y nos enfrentamos inconscientemente a ello. Sin embargo, cuando se acerca la hora de nuestra boda, somos pocos los que nos planteamos que, si bien esa debería ser una fiesta absolutamente pagana, de unión entre dos personas, entre dos familias, se sigue sacralizando para poner a la iglesia como eje principal de nuestra felicidad y continuar así con nuestra manipulación y caemos en la celebración por la iglesia, pensando más en lo bonito que queda que en lo que realmente representa, que estamos dando poder a otros para controlar nuestra vida. Unas personas se permiten el lujo de decidir si nuestra unión es o no válida a los ojos de un ser, dicen, superior. En realidad no decidimos nosotros, nos han adoctrinado desde el bautizo para que lo hagamos así. Y el único acto consciente que podemos realizar para salir de este círculo, la apostasía, se nos niega.
Yo ya hace tiempo que no me permito creer en Dios. Por lo menos en el Dios de la iglesia Católica, apostólica y romana, que es la que nos toca “sufrir”. Creo que Dios es creación del Hombre, y no al revés y que necesitamos creer que hay un ser superior para no pensar que existimos por casualidad, y que nuestro paso por la vida es tan simple como eso, vivir. Si alguno más de nosotros pensara que la existencia se da solo mientras vivimos, nos esforzaríamos más por hacer que esta vida fuera mucho mejor.
Naturalmente, y tras esta reflexión, tampoco puedo creer en espíritus, fantasmas ni hechos misteriosos de estos que nos presentan en algún programa de televisión, con la idea de vender libros, suministrar publicidad y ganar dinero, basándose en nuestra credulidad y nuestra curiosidad. Muchos de los hechos que se nos presentan son meras invenciones, o historias que se cuentan, una y otra vez, sin tener pruebas de que sean ciertas.
Con esto te quiero pedir, Querido diario, que seas más crítico a la hora de pensar en lo místico y que antes de creer a pies juntillas lo que oigas, o lo que veas, lee, piensa y decide.
domingo, 20 de mayo de 2007
De Deidades, espíritus y hechos extraordinarios.
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2 comentarios:
Muy buenos argumentos compañero, estoy de acuerdo en casi todo, aunque creo que cuando la gente se casa, se centra más en la tradición de la familia y en hacerlo bonito por el que dirá el vecino, o como no lo vas a hacer por la Iglesia si has ido a la boda de todas tus primos/amigos. Es más bien un circulo vicioso donde todos queremos aparentar y demostrar que si vamos a hacer algo lo haremos "bien".
No creo en el matrimonio, nunca he tenido especial ilusión por casarme y lo considero una simple transacción de intereses económico-sociales.
Más de la mitad de los matrimonios fallan y el motivo es el desamor pero ¿realmente hubo amor alguna vez en esa pareja?.
La mayoría de la gente no se casa por que realmente es su deseo el hacerlo, le mueven muchos motivos pero no suelen ser amorosos, no nos engañemos.
Si realmente quiero a una persona y esa persona me corresponde ninguno de los dos necesitaremos ningún papel para estar juntos. Estas con esa persona porque te sientes a gusto con el/ella, no tienes obligación de estar pero te apetece hacerlo, deseas hacerlo...
No estoy de acuerdo con todos los convencionalismos sociales y ceremonias extrañas que juntan a gente (llamada familia) que en muchas de las ocasiones se critican, se putean y en general no se tragan.
La iglesia lleva siglos engañándonos, tenemos que soportar su soberbia y prepotencia, el miedo que nos han inculcado desde niños... Se han olvidado de pedir perdón por todos sus "pequeños errores" (santa inquisición, cruzadas, discriminaciones y humillaciones hacia la mujer, homosexuales, niños, etc.) pesan sobre sus cabeza muchísimas muertes inocentes, el daño psicológico e incluso físico que han infringido en múltiples ocasiones es escandaloso y encima se atreven a intentar imponernos sus mentiras ¿como se atreven?
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