11-04-08
Querido Diario:
No se que tienen pero me obnubilan.
Durante las noches de los fines de semana las calles de salir están repletas de guapas mujeres, que se esconden durante toda la semana en sus anodinos trabajos. Rubias, morenas, pelirrojas, todas salen vestidas para matar, con ánimo de pasarlo bien y, por qué no, de parecer atractivas ante quien les mire.
Pero entre todas ellas hay algunas que sobresalen de una manera notoria.
No se si es porque están expuestas y por eso llaman la atención o es que yo tengo un radar para esas cosas. Pensándolo bien, al fin y al cabo están ahí por su aspecto, y es natural que nos gusten, pero yo no sabría decir por qué me fijo mas en ellas que en el resto.
Naturalmente hablo de las camareras de los bares.
Pequeños trocitos del cielo en la tierra, ellas contribuyen a que nos olvidemos de los malos tragos de la semana, ofreciéndonos otros mucho mas dulces. Nos ayudan con esos pequeños gestos que a nosotros, los hombres simples, nos agradan y hacen que nuestro cerebro se llene de serotonina.
Una sonrisa, un fugaz beso en la mejilla como saludo o despedida, una mirada cómplice, una caricia fortuita en la mano cuando vas a pagar, esa foto que se hacen contigo...
Si bien es cierto que todo está pensado y preparado para que gastes tu bien ganado dinero, no puedo dejar de pensar que tal vez, en lo mas profundo de su mente, lo hacen porque realmente les apetece ser agradables contigo.
Pero claro, todo tiene su lado oscuro y ellas no podían ser menos.
Seguro que ya estás pensando, mi querido diario, en una camarera en especial. En sus ojos, sus labios y quizás, en otras partes de su anatomía, que tú sabrás en lo que te fijas.
Y ahora piensa en como se comporta contigo y con los demás clientes. Si tienes suerte será muy simpática y agradable, y ahora mismo una ligera sonrisilla te estará delatando.
¿Y por qué cojones no serán todas así?
Conozco una en particular, guapísima, increible, pero muy, muy borde.
Creedme, aunque os parezca mentira, los tíos no siempre nos queremos tirar todo lo que vemos. A veces, simplemente nos vale con que nos traten con un poquito de amabilidad, y nos hagan sentir atendidos. Una camarera, que por mas buena que esté te mira siempre con cara de mala hostia y te atiende con frialdad y de forma lejana no atrae clientela.
Mi amigo Patxo ;-) y yó solemos decir que estas chicas flotan. Esto es, que se dedican a ir por encima de los demás, pegaditas al techo, como un globo de helio que se le ha escapado a un niño, inalcanzable y etéreo.
Y es una verdadera pena que existan estas camareras, que más que hacer que vayas, consiguen que estas otras, mucho más simpáticas te parezcan diosas, y te apetezca ir a verlas.
Y eso es lo que voy a hacer.
viernes, 11 de abril de 2008
Dulces, sexis.. ¿Cariñosas?
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2 comentarios:
La simpatía siempre resulta atractiva, sin duda. A mi si hay un camarero guapo y simpático repito y si no ¡anda y que le den! que bordes y amargados hay much@s por el mundo.
¡La vida es muy corta para aguantar petard@s!
Con la de ti@s maj@s hay por el mundo....
!El fin de semana es para pasarselo bien y de buen rollito!
Si tienes "buenas vistas", mejor..
eso eso!! a dsifrutar!
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