lunes, 4 de junio de 2007

El bello arte de la observación.

4-06-07

Querido diario:

Tengo una teoría sobre los hábitos excretores de los seres humanos en sus momentos de asueto. He observado que el comportamiento del “homo sapiens sapiens” es diferente dependiendo del sexo del sujeto a observar y del ambiente o hábitat en el que se mueva.

Me explico. La decisión de ejercer el acto de la micción en grupo o en solitario parece depender del lugar y del momento en el que se encuentre el individuo. Se intuye que si el lugar de la investigación se encuentra bajo techo, en lugares cerrados, las hembras tienden a agruparse en parejas o tríos para realizar este acto de expulsión de la materia sobrante del cuerpo, mientras que los machos de la especie, se preocupan de ir en solitario.

Diferente es si nos encontramos al aire libre, en el campo, donde las hembras intentarán ir en solitario detrás de unos arbustos, mientras que el varón se agrupará frente al murete mas iluminado para conseguir auténticos ríos de orines, de profundidad escandalosa y, si el momento es adecuado, incluso realizarán un extraño rito donde intentarán alcanzar la mayor distancia posible con afán de vencer al compañero. Reminiscencias, quizás, de épocas anteriores donde marcar el territorio de la tribu era necesario para la supervivencia. Al parecer el “Macho ALPHA” gustaba de subirse a una peña o montículo alto para demostrar a toda su casta el potencial de su vejiga urinaria. Pienso también que existe la creencia de que en cuanto más larga es la evacuación, más largo es también el aparato y por lo tanto más probabilidades de convertirse en el citado “Macho ALPHA”.

Se ha escrito también mucho sobre el afán de la fémina a acercarse a las letrinas en pequeños grupúsculos, creyéndose desde tiempos inmemoriales que trataban de desarrollar una revolución en contra del “Status Quo” establecido, pero se ha desechado la idea por entenderse que realmente no tienen esa capacidad organizativa que se les atribuye. En realidad las últimas investigaciones apuntan a la idea de que una sola mujer no es capaz de aguantar la puerta del baño por sí sola, y que necesitan el apoyo de varias compañeras para ello. Mi próximo objetivo es adentrarme en uno de estos habitáculos donde las mujeres se alivian para comprobar en primera persona la realidad que esconden.

Seguiremos informando.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Normalmente nos reunimos por varias razones:

1.- Sujetar la puerta.

2.- Comentar alguna cosa.

3.- Planear estrategias para acercarte al tío que te gusta.

4.- Criticar a alguna "petarda".

5.- Librarnos de algún "petardo", "baboso" o "desagradable".

6.- Abrocharnos el sujetador si se ha soltado, seguramente comentando algún chistecillo "Se me ha soltado al ver a...... de la impresión..."

7.- Mirarnos al espejo y preguntarle a la amiga si tenemos buena cara.

8.- Lavarnos los dientes juntas.

9.- Intrigar a todos los tíos que todavía hoy en día se preguntan porque vamos de tres en tres al baño je..je..je..

Realmente las mujeres somos muy entretenidas.... solo hay que pillarnos el "punto" y aceptarnos tal cual para lograr entendernos.

¿Queda resuelto el gran misterio?

Anónimo dijo...

Yo no es por insistir, pero las zapatillas John Smith (el de la fábula) estan hechas con la mejor piel de vaca....

Anónimo dijo...

Te voy a presentar al John Smith y a la vaca para que te los lleves de paseo...

Bueno a la vaca no te la presento que la matas para hacerte unas zapatillas ¡pobrecilla! ¡desaprensivo! ¡matavacas! ¡eres un hombre sin corazón!

¿Que diría la vaca si te oyera?

Las vacas también tienen sentimientos...

Anónimo dijo...

Por cierto, ya he visto Piratas del Caribe "en el fin del mundo" y me ha encantado.

¡Quiero un Jonny Deep! ¡No hace falta que me lo envuelvan me lo llevo puesto!

Os recomiendo la película.

http://www.hoycinema.com/especial/piratas-del-caribe/index.asp