20-10-09
Querido Diario:
Siempre es bueno poder deshacerte de aquello que te oprime por dentro.
Hay quien habla con familiares y amigos, transmitiéndoles sus dudas y sus problemas, compartiendo, dicen algunos su dolor. Hay quien prefiere charlar con un sicólogo, alguien ajeno a su círculo, para que aquello que causa malestar no se conozca.
Y también hay quien prefiere que todas sus obsesiones, paranoias e ideas alocadas sean conocidas por el mayor número de personas posible, pero dentro del relativo anonimato que da internet.
Bien, creo que este blog comenzó como una especie de sesión terapéutica, en un momento en el que quizás necesitaba desahogarme, sacar todo aquello que me oprimía y no me atrevía a pronunciar, y lo cierto es que, bien sea por que la terapia ha funcionado, o bien por el radical cambio que ha dado mi vida, cada vez necesito menos plasmar mis ideas en esta bitácora.
Un blog que se denomina Diario debería, por lo menos, tener una entrada al día, y ya hace mucho que no cumplo esta máxima. No sé si es porque mis días se han hecho mucho más monótonos, o porque no necesito contar lo que se me pasa por la cabeza, o a lo mejor es porque ya no me pasa nada por ella, el caso es que ya no escribo todo lo que me gustaría.
Es por esto por lo que, tras meditarlo mucho, he decidido cerrar el ciclo y dejar de escribir el Diario de un Eunuco.
No sé si más adelante abriré otro Blog, con otro nombre y otro enfoque, pero de momento, mis tiempos de ciber escritor han terminado.
Un abrazo y un saludo a todo aquel que alguna vez me ha leído, o me ha comentado, lo he agradecido mucho.
Hasta otra.
martes, 20 de octubre de 2009
El final de un ciclo
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